22/11/09

Tomás el Errante


Oculta en sombríos bosques, habita la bestia asesina,
ataca hogares inocentes, se da un festín la muy ladina.
Escondida entre la maleza, de los débiles se alimenta,
devora a los candorosos, a los mansos amedrenta.

Y ya al bosque no entran ni los buenos,
ni aquellos que con la espada son diestros,
tampoco aquel de la lejana Bretonia caballero galante
que inició una cruzada para el corazón atravesarle.

Conocido por Tomás el Errante era en su tierra,
hacía su voluntad, empuñaba espada de madera,
montaba un alegre caballo el joven apuesto
y del bosque se hizo señor una vez adentro.

"No es bagatela sino advertencia,
con la bestia de los colmillos no se juega".
Pero Tomás era el Tonto y atrás no se echó,
subióse a su caballo y al trote en el bosque entró.

Confiado el joven Tomás buscó entre hayas y robles,
en vez de huir a la carrera, se adentró más el pobre.
Junto a la viña de hojas negras manchada de sangre
se sentó y se dispuso a cenar con mucha hambre.

Encontró el leñador a Tomás y le dijo tres veces:
"Si la noche aquí te halla, la Bestia te dará muerte".
Amenazó a Tom con el hacha y le conmimó a escapar,
pero no era más que un niño y se puso a errar.

De aquí para allá vaga entre troncos retorcidos,
espolea a su caballo ahora que el sol se ha escondido.
Bajó del corcel y vio al bruto entre sus narices,
avanzó apartando ramas y pisando raíces.

Allí estaba la Bestia, con los cuernos de sangre llenos.
Tomás se aventuró a ella, sin freno y sin miedo.
Armado con su espada de madera
el corajudo Tom se plantó frente a ella.

"¿Qué haces aquí, endeble jovencito?
¿Es que de mi tu mamá no te ha prevenido?".
"¡No te temo!", gritó Tom clamando al cielo
y cabalgó contra la Bestia con desespero.

"Voy a devorar tu carne y quebrar tu osamenta,
aterrorizar a tus gentes y quemar tus viviendas.
Mocoso, no te atrevas a despertar mi cólera, tu
burla me enloquece y me enoja.
Los no elegidos deben temer a mi rebaño y no dejar
de hacerlo ningún año".

Así murió Tomás el Errante, que nunca hizo nada a derechas.
Recuerda al pobre Tomás y no vagues por la foresta.

Del Libro de las Bestias

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2009 Copyright Juan Novelletto